La vida es como un viaje. A lo largo del mismo transitamos diferentes paisajes, algunos de ellos son tranquilos y estables, nos trasmiten serenidad. Otros suponen un cambio vital, nuevos paisajes que pueden ser más fríos, desiertos, soledad, etc. Todos ellos son transitables, hemos de recurrir a nuestros recursos y habilidades para poderlos afrontar.
Las transiciones y cambios nos sacan de nuestra zona de comfort y nos lleva a un territorio incierto que supone un momento de estrés vital. En estos procesos nos cuestionamos lo que deseamos, nuestras metas, valores, e identidad, el futuro.
Ayuda en las transiciones de vida: Afronta los cambios de manera adaptativa
En estos momentos de cambio la cabeza gira en torno a cuál es la mejor decisión, muchas veces entrando en bucles de pensamiento, dificultando el sueño y la paz interior. Emociones intensas como tristeza, rabia, miedos, culpa pueden emerger con fuerza. Nuestro cuerpo puede resentirse notando dolores de cabeza, de espalda, problemas digestivos, cansancio, alteraciones del apetito, entre otros.
Las transiciones más comunes:
Transiciones normativas: los cambios que son esperados y típicos como graduarnos, cambiar de colegio, tener hijos, casarnos, jubilarnos.
Transiciones no normativas: cambios no esperados ni típicos como perder un ser querido, tener un accidente, divorcio, enfermedad, etc.
Transiciones de roles: cambio de roles en la sociedad: cambio de trabajo, ascenso, despido laboral, cambio de clase social, etc.
Transiciones de desarrollo: relacionadas con el crecimiento y desarrollo personal. Cambios en la identidad y la percepción del mundo: adolescencia, mudanzas, cambio de ciudad, adultez, crisis existenciales, búsqueda de un nuevo propósito vital.
Fases que se suelen experimentar en las transiciones:
- Resistencia al cambio: las personas tendemos de manera natural a buscar la seguridad y las situaciones de incertidumbre nos despiertan miedos que tendemos a evitar. Suele manifestarse ansiedad, miedos, o nostalgia de las pérdidas que supone el cambio.
- Duelo o tristeza por las pérdidas: despedirnos de lo conocido supone un transito que conlleva tristeza, emoción que nos ayuda a procesar estos cambios. Reconocer y aceptar estas emociones es fundamental para realizar bien el proceso de cambio.
- Oportunidad de crecimiento: ante los nuevos retos la persona ha de activar una serie de recursos y aprendizajes que suponen un crecimiento en muchos sentidos para esa persona. Aumenta el autoconocimiento y la capacidad de resiliencia.
Consejos o tips para adaptarnos a las nuevas situaciones:
- DEJAR SALIR LAS EMOCIONES. Busca espacios y momentos para estar con tus emociones, darles un lugar en tu día a día y escucharlas en tu cuerpo para que puedan ser procesadas por tu cerebro.
- ACEPTACIÓN: Sé compasivo contigo mismo y acepta, siente en tu cuerpo todas las emociones y nuevas vivencias que supone el cambio. Resistirte al cambio solo te resta energía.
- DEDICA TU ENERGÍA A LO QUE DEPENDE DE TI. Detecta aquellas cosas que dependen de ti y céntrate en lo que puedes cambiar.
- AUTOCUIDADO. Prioriza tu momento y busca espacios de calma, tranquilidad, buenos hábitos de alimentación, descanso, ejercicio físico y apoyo social.
- CULTIVA LA FLEXIBILIDAD MENTAL: abre tu mente a nuevas posibilidades, trata de no cerrarte con rigidez a tu perspectiva y contempla otras posibilidades.
- APRENDE DE TU PASADO: repasa estrategias anteriores, tus valores, aprendizajes, conoce qué cosas te hacen sentir mejor y ajusta tus metas a ello.
Si necesitas apoyo psicológico para tener ayuda en las transiciones de vida, a transitar estos cambios vitales y afrontarlos con más estabilidad emocional y potenciando todos tus recursos, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de psicólogos en Barcelona y online como especialistas en adaptación a los cambios.