LAS CORAZAS EMOCIONALES: NO SIENTO LAS EMOCIONES

CORAZAS EMOCIONALES: DEJAR DE SENTIR ES DEJAR DE VIVIR

 

Las corazas emocionales se forman en momentos en los que no podemos sostener el malestar que nos genera una situación y nos creamos una protección que en su momento resulta de utilidad para poder seguir funcionando en nuestra vida.

 

Esta protección se transforma en un problema cuando la mantenemos, ya que nos impide sentir la vida, pasamos de puntillas por las vivencias vitales, ni frio ni calor, es como si nada nos importara.

 

El corazón se vuelve frío, el cuerpo no siente las emociones, percibimos la vida con pasotismo. La coraza pone un límite a la otra persona, pero también a uno mismo. El no mostrarnos como somos y controlar todo el rato nuestras emociones produce un tremendo cansancio, además de alejar a las personas de nuestro lado ya que no nos ven auténticas.

 

Si no das no recibes. Por lo tanto, vuelves a sentirte solo y poco querido, en realidad lo que te da miedo que te pase termina sucediendo por tu mecanismo de defensa. No te sientes satisfecho con tu vida ni tus relaciones como causa de tu coraza. Lo que haces para no sufrir, te provoca sufrimiento. Las corazas nos alejan de personas que nos podrían hacer daño pero también de quien nos ama y haría bien.

 

Hemos de comprender que estamos aquí para emocionarnos, que las emociones nos hacen sentirnos vivos, que no somos una mesa o una puerta, somos seres sentipensantes y esas emociones nos trasmiten mensajes que hemos de escuchar. Si no atendemos las emociones nos perdemos una fuente importantísima de información vital para nuestra supervivencia.

 

La tala indiscriminada de afectos nos apaga como personas, nos transforma en grises. Si no talarías un bosque, no hagas lo mismo con tu mundo afectivo, al menos ponle remedio si eres consciente de ello.

 

¿Cómo puedo romper mis corazas y volver a vivir?

 

Salir de la zona de seguridad conocida y de confort es necesario para derribar las barreras emocionales que te impiden sentir la vida. Para aumentar la confianza has de explorar la vida, conocer personas, ir dando a los demás para poder recibir y volver poco a poco a sentir.

 

Vuelve tu mirada hacia atrás y mira qué cosas te hicieron cerrarte. Trata de pensar qué aprendiste de aquella relación que se adaptativo y pueda servirte para construir relaciones más saludables.

 

Otro modo de liberarnos de estos mecanismos de defensa inconsciente es con técnicas de reprocesamiento de información (EMDR). Mediante ellas podemos ir quitando esas capas, siempre en la ventana de tolerancia de la persona, a tu ritmo y en el momento adecuado, podemos comenzar a sentir de nuevo la vida, emocionarnos y notar en nuestro cuerpo el frio y el calor que la vida nos trae. La coraza que se formó en los momentos donde se generó esa creencia “para no sufrir dejo de dar y sentir”, han de ser sustituidos por aprendizajes adaptativos como “soy capaz de dar a quien me hace bien”, o “soy capaz de afrontar estas situaciones”, “puedo cuidar de mi mismo”, “me merezco ser querido” a través de la estimulación de las redes de procesamiento adaptativo de información del cerebro.

 

Vuelve a emocionarte con la belleza de un atardecer, enternecerte con un animal, notar el corazón latir con una mirada, sentir la paz de un lugar. Eso es vivir con plenitud, estar en el presente, aprender de lo que te acontece y extraer los significados vitales de las vivencias que experimentamos.

 

Podemos ayudarte a sentir de nuevo y reprocesar el dolor para que sientas bienestar y estabilidad emocional. Pon color en tu vida y pinta cada día con las emociones diferentes que cada amanecer te trae.

¿Puedo ayudarte?

Si necesitas hacernos alguna consulta, puedes ponerte en contacto conmigo sin ningún compromiso. Estaré encantada de antenderte.

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