Las emociones oscuras como tristeza, apatía, desesperanza, miedo, pueden quedarse con nosotros grandes periodos si no comprendemos bien su origen, su función y reconducimos lo que genera en nosotros ya que tienen un gran impacto en la energía de la persona, dejando la voluntad, la motivación y las ilusiones y ganas de vivir a un lado. Incluso ante la indefensión de sentir que ya no hay nada más que hacer, ideas de quitarse de en medio pueden surgir e incluso llevarlas a cabo.
Pensamientos e ideas negativas que surgen en nuestra mente muchas veces desde que nos levantamos por las mañanas, problemas para dormir, para comer, desaparece nuestras ganas de relacionarnos, también pueden verse afectada nuestra líbido.
No hemos de desistir, con la ayuda adecuada podemos salir del pozo, volver a ver la luz, iluminar nuestros recursos que parecen escondidos, pero están ahí, solo hay que encender la luz y hacer uso de esas herramientas que aún el desván están en nosotros.
