Desde una perspectiva podrías ver un precipicio, algo oscuro, desconocido, niebla, incertidumbre, esto podría conectarte con el miedo, la tristeza, el vértigo. Desde otra perspectiva, podrías visualizar una cumbre, la luz del sol que ilumina el camino, la curiosidad por saber qué habrá detrás de la niebla, qué te deparará el destino. Esto podría conectarte con la confianza, la curiosidad, la ilusión. La misma imagen, todo depende de donde pongas tu atención. Es una metáfora sobre la vida y cómo ante una misma situación podemos sentir emociones muy diversas incluso contrarias como miedo/confianza, dependiendo de donde situemos nuestra atención. Afortunadamente esto es un proceso que es susceptible de entrenamiento, tu cerebro puede ser entrenado en modificar su foco ante las situaciones vitales, de manera que tu modo de sentir y afrontar las cosas puede cambiar.